La soleada mañana nos conduce a Wiracochapampa, que en quechua quiere decir “Pampa de los Caballeros” o también “Pampa de los Dioses”. Aquí, a 3,070 metros sobre el nivel del mar y alejados a tres kilómetros al norte de la ciudad de Huamachuco, un bosque de eucalipto y un tramo del Gran Camino Inca nos encaminan por las mismas pisadas de Atahualpa al reencuentro con los vestigios de una enigmática ciudad de piedra, de unos 500 metros cuadrados nada menos, edificada con arenisca blanca, aseguradas con cuñas y pegadas con barro de arcilla roja, que según las investigaciones, habría sido construida por la antigua etnia de los Huaris de Ayacucho.
Hoy, las paredes se esconden en medio de la vegetación silvestre que ha ganado espacio. Todavía se pueden ver restos de acequias que probablemente llevó agua a este lugar; además de plazuelas, campos de concentración, templos, viviendas y depósitos. Un solo monumento que se encierra en su propia tierra, en su propio misterio. Atrapado por quienes no entienden la historia de los pueblos al permitirse el cultivos de las tierras en el interior de la ciudadela y la destrucción paulatina de su propia cultura. Con una respetable decisión política y cultural y una buena inversión económica, Wiracochapampa brillaría con luz propia, como en sus mejores tiempos, tal vez como en sus inicios.
Wiracochapampa desde el año 1997 se ha convertido en escenario de la ceremonia de inicio de las fiestas patronales de huamachuco (Waman Raymi) además se ha declarado zona intangible, por ser patrimonio del estado. La Fiesta del Halcón también conocida como Waman Raymi se realiza en Wiracochapampa en honor a la patrona Virgen María de la Alta Gracia Huamachuco recibe a diez mil personas para la celebración. La celebración resume la historia pre-incaica que tuvo el lugar. La historia dice que el caserío de los wamachucos fue fundado por el pueblo Yungas (posiblemente los Mochica), que lo hizo después de invadir las tierras antes habitadas por los Wachemines. Ha sido considerado el Inti Raymi del norte del país. Se realiza el 11 de Agosto. Participan más de 180 artistas, que son los estudiantes del Instituto Superior Sánchez Carrión. El escenario de wiracochapampa fue acondicionado a la manera del folclor huamachuquino. Antes de iniciar la fiesta se represéntan danzas autóctonas interpretadas por los incas, cóndores y canasteros. Se usan cohetes, bombardas, luces multicolores y fuegos artificiales para celebrar al dios Ataguju, la deidad principal.
Si bien, Wiracochapampa fue construida para celebrar rituales pero jamás habitada, como lo aseguran sus más fervientes historiadores, requiere de una mirada más atenta de las autoridades locales, del INC y también del sector privado. Es una joya del pasado en estos tiempos en que Huamachuco pretende crecer como destino turístico, como el vuelo de un halcón que enseña equilibrio y serenidad en las alturas donde el tiempo y las quebradas son parte de la vida.
domingo, 29 de mayo de 2011
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