domingo, 29 de mayo de 2011

El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna

El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna incluye dos grandes pirámides truncas. Ambas huacas constituyeron el centro del poder del milenario pueblo mochica, que se desarrolló entre los años 100 y 900 después de Cristo. Algunos investigadores sostienen que el reino mochica cayó por el impacto generado por el fenómeno de El Niño, que periódicamente causa lluvias torrenciales e inundaciones en la costa norte del Perú. Al caer el reino Moche, sus territorios fueron ocupados sucesivamente por los pobladores de las culturas Lambayeque y Chimú, descendientes de los Moche. Alrededor de 1470 los Chimú fueron vencidos por los incas, poco antes de que los españoles desarticularan al imperio inca, el Tahuantinsuyo.

El complejo arqueológico, también conocido como Huacas de Moche, se ubica a 8 km aprox. al sur de la ciudad de Trujillo (15 minutos en auto aprox) y abarca unas 60 hectáreas de extensión. Las teorías son que un edificio fue para política (Huaca Del Sol) y el otro para religión (Huaca De La Luna), a los pies de estos recintos de aproximadamente cinco pisos y el otro de diez, se encuentran una ciudad de la clase media o alta. Entre ambas huacas se encuentra el Núcleo Urbano compuesto por grandes avenidas, viviendas, callejuelas, plazas y corredores. Por ello, se puede afirmar que esta cultura tuvo una alta organización social, política, religiosa y económica. La iconografía de esta cultura ofrece, además de los ceramios llamados huaco retratos, o figuras de oro y plata, escenas rituales, de batallas entre guerreros, en donde los derrotados eran conducidos al templo para ser sacrificados y obtener la sangre, símbolo de fertilidad y renovación de su poder. Esta ceremonia no era vista por la gente del pueblo, sino que se trataba de un ritual privado entre los sacerdotes. En este recinto está representado a un Dios que era muy importante para ellos y su cultura.

Según la leyenda, la Huaca del Sol fue construida en sólo tres días, empleando 250 mil hombres y utilizando cerca de 100 millones de adobes. La Huaca del Sol, es un edificio construido con estilo piramidal escalonado de unos 43 metros de altura. Cuenta con cinco grandes terrazas, la mayor de ochenta metros de longitud, sobre unas bases de 228 de largo por 136 de ancho y la plataforma de 18 metros de altura, está coronada por una pirámide de 23 metros de alto, que tiene una base cuadrangular de 103 metros de lado, por lo que es considerada la Huaca más grande del país. Esta Huaca fue el centro político administrativo de esta cultura y de vivienda para la alta sociedad mochica.

La Huaca de la Luna fue el centro ceremonial religioso de la mitología mochica. Situada a medio kilómetro de la Huaca del Sol, esta construcción destaca por tener templos que fueron superpuestos y construidos en diferentes períodos. Tiene una base cuadrada de 87 metros de lado y una altura de 21 metros. En su plataforma superior se levantaban una serie de salas decoradas con figuras humanas. En un altar ceremonial del último templo construido fueron descubiertos los restos de 40 guerreros sacrificados. Es importante destacar que para esta cultura era un honor inmenso el poder ser sacrificado. En la Huaca se conservan interesantes pinturas murales de 5 colores (blanco, negro, rojo, azul y amarillo), los cuales fueron obtenidos de minerales, y relieves donde se puede apreciar la divinidad moche llamada Ai apaec o el dios degollador. Igualmente, es posible visitar los patios y plazas ceremoniales de más de 1500 años de antigüedad. En la fachada se puede observar una serie de personajes como la deidad de las montañas con cinturones que terminan en cabeza de cóndor, zorros con cabezas trofeos, pescadores, una serpiente, enormes cangrejos con cuchillos ceremoniales, personajes agarrados de las manos o los sacerdotes de los rituales. Cada figura es relacionada con el culto al agua, a la fertilidad agrícola y a los sacrificios realizados en este templo. De momento la visita turística comprende únicamente el de esta huaca.

Digno de destacar es el esfuerzo realizados por las autoridades que Buscan proteger el complejo. Tres hectáreas de la zona sur del complejo son arborizadas con el fin de generar un microclima que no deteriore los monumentos que alberga. De esta manera se busca evitar que los vientos provenientes del sur superen los 50 kilómetros por hora, que la humedad en el sitio no sea mayor a 70 por ciento y que la temperatura no sea menor a 15 grados centígrados ni mayor a 28. Además, el bosque evitará que las excretas de las granjas avícolas lleguen al monumento y que la capa freática siga generando problemas de humedad subterránea en las pirámides de adobe.

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