A 4 horas de camino desde Cerro Blanco ubicado en la margen izquierda del río Moche y a 30 km de Trujillo, se encuentran cerca de 200 bloques de piedras de gran tamaño, de superficie más o menos lisa, en las cuales están esculpidas o grabadas diversas figuras como: reptiles, aves, mamíferos, antropomorfos, figuras geométricas. Se encuentran agrupadas por grupos de representación esquemática, naturales y complejas, huellas que perennizaron la actividad humana de la cultura Cuspisnique (1800 a. C.), también las culturas posteriores que florecieron en esta parte de la costa Norte peruana y ocuparon los valle Moche y Virú, unidos por un gran camino que existe en la actualidad. Existen representaciones antropomorfas, personajes de perfil, así como guerreros ataviados sosteniendo cabezas trofeos, el reconocido ojo Chavín también está presente; la asociación de estructuras arquitectónicas las cuales condujeron a varios autores sostener que estas tenían la función ceremonial y que probablemente se realizaban allí ritos; de ser así las futuras investigaciones permitirán reconstruir la relación contemporaneidad y presencia de grupos del Formativo asentados en el valle Moche así como las constantes representaciones que estos dejaron teniéndose en cuenta los motivos; hombre, felino y ave representaciones de estructura simbólica en la base religiosa.
Entre los petroglifos más resaltantes tenemos: las enigmáticas representaciones de huellas de pies grabados como quien asciende la enorme roca, otro petroglifo que llama la atención es la representación de un personaje con cabeza felínica y cola de pez el cual tiene en la mano derecha sujeta un pez, han sido relacionadas a la filiación Chavín, asimismo los guerreros y/o danzantes. Las evidencias en el Alto de la Guitarra se hallan asociados a caminos, estructuras arquitectónicas acentuando su procedimiento y elaboración: en su mayoría estos petroglifos están tallados con la técnica superficial, hay un mínimo que presenta otra modalidad de elaboración. Actualmente las rocas tienen una pátina de color rojo intenso que de alguna forma está deteriorando las líneas talladas. Sin embargo el mayor deterioro de este patrimonio, es por consecuencia de la escasa atención que se le ha venido dando por parte de las instancias oficiales, sea a nivel nacional como regional.
La experiencia a lo largo de estas últimas décadas ha demostrado que existe una total incomprensión, sumándose a ello el desconocimiento en lo que respecta a estas evidencias materiales, permitiendo de esta manera su destrucción acelerada e irreversible, el último atentado salido a luz es el sobrepintado ocasionado a los petroglifos de Alto de la Guitarra. Esto permite tener un diagnostico sobre la necesidad de proteger nuestros testimonios rupestres, y se requiere de la participación conjunta tanto de investigadores, estudiantes y profesionales en Arqueología, como de las autoridades locales, a fin de asumir una postura colectiva como única vía saludable para crear conciencia en la trascendencia de su valor histórico dentro de las comunidades que se ubican adyacentes a restos con arte rupestre, lo que permitiría traer cambios en la importancia y valoración de esta densa riqueza arqueológica.
domingo, 29 de mayo de 2011
Petroglifos de Alto de las Guitarras - La Libertad
Etiquetas:
Arqueología en La Libertad
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