La Reserva y el Santuario Nacional de Calipuy se ubican en la zona altoandina del departamento de la Libertad, entre los 840 y 3 600 m.s.n.m. Fueron creadas mediante Decreto Supremo Nº 004-81-AA en enero de 1981 y cumplen una función significativa en la protección de dos especies en peligro de extinción: la puya raimondi y el guanaco. Este espacio cuenta con una extensión de 64 000 hectáreas, albergando una población mayor a 30 000 puyas, constituyéndose en uno de los bosques más grandes que existen de esta especie en el país. La puya Raimondi crece solamente en algunos parajes de las alturas andinas del Perú y Bolivia. Algo que caracteriza a esta planta, es que crece sólo en laderas expuestas al sol y en suelos de buen drenaje. Dicen los naturales que crece por espacio de 100 años y florece una sola vez. En efecto después de haber florecido, la planta muere. Se sabe también que puede llegar a alcanzar los 12 metros de altura y que es capaz de generar entre 8 mil y 10 mil flores blancas.
Por otro lado, Calipuy es uno de los últimos refugios del guanaco, cuya población se ha reducido drásticamente. Este camélido abundó en la Patagonia y en Tierra del Fuego y constituyó componente fundamental de la dieta de los indios patagones y onas. Lamentablemente la población de guanacos ha descendido drásticamente, no sólo debido a la caza irracional de que ha sido objeto -siempre como fuente de carne y pieles- , sino también a la amenaza que ha significado para su subsistencia la introducción de ganado ovino en territorios que antes le pertenecieron. El Gobierno Regional de la Libertad declararon al guanaco, el más grande de los camélidos sudamericanos, como Patrimonio Regional y de necesidad pública e interés regional su protección y conservación en ámbito de la reserva en cuestión. La denominación se realizó a través de la Ordenanza Regional Nº 030-2009-GRLL/CR, aprobada por el Consejo Regional de la Libertad, en el marco de las coordinaciones con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), entidad de la que forma parte la reserva de Calipuy.
La Reserva Nacional de Calipuy tiene grandes perspectivas para el desarrollo de proyectos eco-turísticos. Las bellezas paisajísticas son indescriptibles, distinguiéndose inclusive los bellos nevados de la Cordillera Blanca. En el lugar se observa diversidad de fauna y flora típicas de esta parte de los Andes. Hay además atractivos arqueológicos que podrían ser puestos en valor para lograr así un interesante circuito, y la óptima protección y conservación del patrimonio natural y cultural de esta parte del Perú. En cuanto a Calipuy es un pueblo apacible, de gente cálida y amable. Un pequeño paraíso para el turismo si se contara con infraestructura. Aquí sin embargo no hay restaurantes ni albergues pero el pueblo entero, incluido el alcalde, sale a recibir a los visitantes.
Más de una señora ofrecerá preparar algo de comer. Otros gentilmente cederán una cama, o al menos un techo bajo el cual pasar la noche.
domingo, 29 de mayo de 2011
La Laguna de Sausacocha - La Libertad
Bella y encantadora Sausacocha (Laguna que no se seca en español) su nombre surgio con la historia de la bella doncella Xauxa que en español significa (Amor que no se acaba).
Cuanta la historia que la laguna Negra que se ubica a faldas de majestuoso Apu Huaylillas el pico más alto del norte del Perú con 4377 m.s.n.m. aprox. eran enamorados con la laguna Collasgon , todo caminaba muy bien, hasta que un día apareció una laguna muy hermosa llamada la laguna Sausacocha, Collasgon se enamoro de ella, trasladando sus cristalinas aguas hacia allí, la laguna Negra al enterarse de esto no dudo en lastimar a Collasgon. Un día en que Collasgon descansaba profundamente la laguna Negra ataco con una espada y lo destrozo por pedacitos (es por eso que actualmente la laguna de Collasgon tiene bastantes Islas y es un poco pantanosa) al enterarse de esto Sausacocha se quedo muy triste y no dejaba acercarse a nadie a sus orillas, si alguien se le acercaba esta lo encantaba. Los padres agustinos de Huamachuco fueron a bendecir a aquella Laguna para que hoy en día podamos disfrutar de sus hermosos paisajes.
El atardecer en la laguna de Sausacocha es, sin duda, una de las estampas más hermosas que tiene la provincia de Sánchez Carrión. El cielo coloreado de azules y nubes perfectamente dibujadas se mezclan con las aguas que a esa hora del día le rinden tributo al sol. La vista espectacular se ha convertido en los últimos años en un paradero obligatorio de los turistas que van camino a Cajamarca, nada mejor que un paseo en bote y una deliciosa trucha fresca. Insuperable.
La Laguna de Sausacocha se ubica a 4000. msnm, y en este lugar se está implementando una serie de servicios de recreación, descanso, restaurantes, hoteles y crianza de truchas en jaulas cautivas, para atender a turistas, y familias que van a tomar un descanso, vacaciones, o celebraciones especiales. Se encuentra a 20 minutos de la ciudad de Huamachuco, a través de una carretera afirmada, y a 5 horas en bus desde la ciudad de Trujillo, asimismo en Huamachuco existe un pequeño aeropuerto donde aterrizan pequeñas avionetas de hasta 20 pasajeros.
Cuanta la historia que la laguna Negra que se ubica a faldas de majestuoso Apu Huaylillas el pico más alto del norte del Perú con 4377 m.s.n.m. aprox. eran enamorados con la laguna Collasgon , todo caminaba muy bien, hasta que un día apareció una laguna muy hermosa llamada la laguna Sausacocha, Collasgon se enamoro de ella, trasladando sus cristalinas aguas hacia allí, la laguna Negra al enterarse de esto no dudo en lastimar a Collasgon. Un día en que Collasgon descansaba profundamente la laguna Negra ataco con una espada y lo destrozo por pedacitos (es por eso que actualmente la laguna de Collasgon tiene bastantes Islas y es un poco pantanosa) al enterarse de esto Sausacocha se quedo muy triste y no dejaba acercarse a nadie a sus orillas, si alguien se le acercaba esta lo encantaba. Los padres agustinos de Huamachuco fueron a bendecir a aquella Laguna para que hoy en día podamos disfrutar de sus hermosos paisajes.
El atardecer en la laguna de Sausacocha es, sin duda, una de las estampas más hermosas que tiene la provincia de Sánchez Carrión. El cielo coloreado de azules y nubes perfectamente dibujadas se mezclan con las aguas que a esa hora del día le rinden tributo al sol. La vista espectacular se ha convertido en los últimos años en un paradero obligatorio de los turistas que van camino a Cajamarca, nada mejor que un paseo en bote y una deliciosa trucha fresca. Insuperable.
La Laguna de Sausacocha se ubica a 4000. msnm, y en este lugar se está implementando una serie de servicios de recreación, descanso, restaurantes, hoteles y crianza de truchas en jaulas cautivas, para atender a turistas, y familias que van a tomar un descanso, vacaciones, o celebraciones especiales. Se encuentra a 20 minutos de la ciudad de Huamachuco, a través de una carretera afirmada, y a 5 horas en bus desde la ciudad de Trujillo, asimismo en Huamachuco existe un pequeño aeropuerto donde aterrizan pequeñas avionetas de hasta 20 pasajeros.
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Ecología en La Libertad
Área de Conservación Privada El Cañoncillo - La Libertad
Cañoncillo: Es un bosque de algarrobo, el cual forma parte de los ecosistemas de bosques secos del Perú, y se encuentra entre el desierto de la quebrada de Cupisnique y el río Jequetepeque, en el distrito de San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo. En setiembre del año 2004 fue declarado Área de Conservación Privada, con el objetivo primordial de asegurar la continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos dentro de su área, así como también el de evitar la extinción de especies de flora y fauna silvestres, especialmente el algarrobo. El oasis de Cañoncillo está rodeado de dunas de formas caprichosas y vírgenes al amanecer, debido a las caricias de vientos que vienen de la costa, tiene un bosque de algarrobos de unas 100 mil plantas que cubren más de 1300 hectáreas que constituyen el hábitat de una rica fauna silvestre y encierra a tres lagunas: Gallinazo, Larga y Cañoncillo que también han propiciado ecosistemas ricos en especies animales y vegetales.
En este ecosistema predominan los algarrobos (Prosopis pallida), en una densidad estimada de 70 a 95 árboles por hectárea, en una extensión de 660 hectáreas, seguido del Faique ó Espino (Acacia macracantha). Otras especies vegetales que encontramos son: Cuncuno, Chilco, Pájaro bobo, Fosforito, Amarra de judío, Flor de arena, Gigantón, Rabo de zorro, Sapote, Yunto, Bichayo, Bejuco, Lapa, Hinea y Pial.
En las lagunas El Cañoncillo, Gallinazo y Larga florece una vegetación acuática muy llamativa, entre la que predomina la Lapa y otras ornamentales; aún cuando existen 8 especies aún no determinadas. El agua proviene de las filtraciones que bajan por gravedad desde la cuenca alta del río Jequetepeque y de la quebrada del Horcón. A ellas se agregan los regadíos de la represa Gallito Ciego.
Respecto a la fauna se conoce la presencia de 8 familias de reptiles con 15 especies determinadas y otras por identificar, entre las que se impone el mítico Cañán, junto al zancaranca, coralillo o coral, lagartija, iguana, corredora y boa de costa.
Además, 8 familias de aves con más de 44 especies, aunque no existe un estudio exhaustivo. Las más conocidas son: pato, picaflor del huabo, picaflor de Fanny, garzas blanca grande, chica y azul, huaquillo, huaco, tortolita, cotorrita pico amarillo, paloma vudú, tortola cordillerana, cucula, paloma cuculí, paloma madrugadora, rabiblanca, martín pescador grande, matraca, martín pescador chico, cachuelero, chiclón, guardacaballos, huerequeque, águila, gallinazo cabeza negra y cabeza roja, cernícalo, águila pescadora, gallareta, pico de oro lomero, pico grueso, pico sucio, pepitero, pechirrayadi, arrocero, chirique de Raimondi, gorrión peruano, chilala, hornero, pijui, pampero, golondrina, tordo, tordo parásito, jergón, pirinche, putilla, abejero, zambullidor, tuco, pachatuco, lechuza, búho, carpintero, chisco.
Asimismo, tres familias de mamíferos con 3 especies propias de los bosques secos (zorro, añas, gato montés, hurón, ratón y vizcacha costera).
El paisaje es único con sus lagunas que simulan un oasis, desierto, dunas de arena variable en el tiempo debido a la acción eólica. Las formaciones rocosas y cerros: Santonte, Prieto, Espinal, La Faja y Cañoncillo encierran al bosque y le imprimen un atractivo especial.
Las poblaciones que rodean al bosque son Tecapa, Santonte, Santa María, Pueblo Nuevo y Portada de la Sierra que suman un total de y 4 mil 200 habitantes, entre los que se formó la Asociación de Guardabosques Voluntarios del Bosque y Complejo Arqueológico El Cañoncillo, responsables del cuidado de las especies de flora y fauna silvestres existentes, especialmente el algarrobo.
El Bosque Cañoncillo está ubicado en el distrito de San José, provincia de Pacasmayo, en el departamento de La Libertad. La manera más práctica de acceder a él es a través de la carretera Panamericana Norte hasta el km. 689 (cruce de San José), a pocos metros del puente Libertad sobre el río Jequetepeque. En el cruce, dirigirse al centro poblado Tecapa y de ahí tomar el camino hacia El Sondo.
En este ecosistema predominan los algarrobos (Prosopis pallida), en una densidad estimada de 70 a 95 árboles por hectárea, en una extensión de 660 hectáreas, seguido del Faique ó Espino (Acacia macracantha). Otras especies vegetales que encontramos son: Cuncuno, Chilco, Pájaro bobo, Fosforito, Amarra de judío, Flor de arena, Gigantón, Rabo de zorro, Sapote, Yunto, Bichayo, Bejuco, Lapa, Hinea y Pial.
En las lagunas El Cañoncillo, Gallinazo y Larga florece una vegetación acuática muy llamativa, entre la que predomina la Lapa y otras ornamentales; aún cuando existen 8 especies aún no determinadas. El agua proviene de las filtraciones que bajan por gravedad desde la cuenca alta del río Jequetepeque y de la quebrada del Horcón. A ellas se agregan los regadíos de la represa Gallito Ciego.
Respecto a la fauna se conoce la presencia de 8 familias de reptiles con 15 especies determinadas y otras por identificar, entre las que se impone el mítico Cañán, junto al zancaranca, coralillo o coral, lagartija, iguana, corredora y boa de costa.
Además, 8 familias de aves con más de 44 especies, aunque no existe un estudio exhaustivo. Las más conocidas son: pato, picaflor del huabo, picaflor de Fanny, garzas blanca grande, chica y azul, huaquillo, huaco, tortolita, cotorrita pico amarillo, paloma vudú, tortola cordillerana, cucula, paloma cuculí, paloma madrugadora, rabiblanca, martín pescador grande, matraca, martín pescador chico, cachuelero, chiclón, guardacaballos, huerequeque, águila, gallinazo cabeza negra y cabeza roja, cernícalo, águila pescadora, gallareta, pico de oro lomero, pico grueso, pico sucio, pepitero, pechirrayadi, arrocero, chirique de Raimondi, gorrión peruano, chilala, hornero, pijui, pampero, golondrina, tordo, tordo parásito, jergón, pirinche, putilla, abejero, zambullidor, tuco, pachatuco, lechuza, búho, carpintero, chisco.
Asimismo, tres familias de mamíferos con 3 especies propias de los bosques secos (zorro, añas, gato montés, hurón, ratón y vizcacha costera).
El paisaje es único con sus lagunas que simulan un oasis, desierto, dunas de arena variable en el tiempo debido a la acción eólica. Las formaciones rocosas y cerros: Santonte, Prieto, Espinal, La Faja y Cañoncillo encierran al bosque y le imprimen un atractivo especial.
Las poblaciones que rodean al bosque son Tecapa, Santonte, Santa María, Pueblo Nuevo y Portada de la Sierra que suman un total de y 4 mil 200 habitantes, entre los que se formó la Asociación de Guardabosques Voluntarios del Bosque y Complejo Arqueológico El Cañoncillo, responsables del cuidado de las especies de flora y fauna silvestres existentes, especialmente el algarrobo.
El Bosque Cañoncillo está ubicado en el distrito de San José, provincia de Pacasmayo, en el departamento de La Libertad. La manera más práctica de acceder a él es a través de la carretera Panamericana Norte hasta el km. 689 (cruce de San José), a pocos metros del puente Libertad sobre el río Jequetepeque. En el cruce, dirigirse al centro poblado Tecapa y de ahí tomar el camino hacia El Sondo.
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Ecología en La Libertad
Wiracochapampa - La Libertad
La soleada mañana nos conduce a Wiracochapampa, que en quechua quiere decir “Pampa de los Caballeros” o también “Pampa de los Dioses”. Aquí, a 3,070 metros sobre el nivel del mar y alejados a tres kilómetros al norte de la ciudad de Huamachuco, un bosque de eucalipto y un tramo del Gran Camino Inca nos encaminan por las mismas pisadas de Atahualpa al reencuentro con los vestigios de una enigmática ciudad de piedra, de unos 500 metros cuadrados nada menos, edificada con arenisca blanca, aseguradas con cuñas y pegadas con barro de arcilla roja, que según las investigaciones, habría sido construida por la antigua etnia de los Huaris de Ayacucho.
Hoy, las paredes se esconden en medio de la vegetación silvestre que ha ganado espacio. Todavía se pueden ver restos de acequias que probablemente llevó agua a este lugar; además de plazuelas, campos de concentración, templos, viviendas y depósitos. Un solo monumento que se encierra en su propia tierra, en su propio misterio. Atrapado por quienes no entienden la historia de los pueblos al permitirse el cultivos de las tierras en el interior de la ciudadela y la destrucción paulatina de su propia cultura. Con una respetable decisión política y cultural y una buena inversión económica, Wiracochapampa brillaría con luz propia, como en sus mejores tiempos, tal vez como en sus inicios.
Wiracochapampa desde el año 1997 se ha convertido en escenario de la ceremonia de inicio de las fiestas patronales de huamachuco (Waman Raymi) además se ha declarado zona intangible, por ser patrimonio del estado. La Fiesta del Halcón también conocida como Waman Raymi se realiza en Wiracochapampa en honor a la patrona Virgen María de la Alta Gracia Huamachuco recibe a diez mil personas para la celebración. La celebración resume la historia pre-incaica que tuvo el lugar. La historia dice que el caserío de los wamachucos fue fundado por el pueblo Yungas (posiblemente los Mochica), que lo hizo después de invadir las tierras antes habitadas por los Wachemines. Ha sido considerado el Inti Raymi del norte del país. Se realiza el 11 de Agosto. Participan más de 180 artistas, que son los estudiantes del Instituto Superior Sánchez Carrión. El escenario de wiracochapampa fue acondicionado a la manera del folclor huamachuquino. Antes de iniciar la fiesta se represéntan danzas autóctonas interpretadas por los incas, cóndores y canasteros. Se usan cohetes, bombardas, luces multicolores y fuegos artificiales para celebrar al dios Ataguju, la deidad principal.
Si bien, Wiracochapampa fue construida para celebrar rituales pero jamás habitada, como lo aseguran sus más fervientes historiadores, requiere de una mirada más atenta de las autoridades locales, del INC y también del sector privado. Es una joya del pasado en estos tiempos en que Huamachuco pretende crecer como destino turístico, como el vuelo de un halcón que enseña equilibrio y serenidad en las alturas donde el tiempo y las quebradas son parte de la vida.
Hoy, las paredes se esconden en medio de la vegetación silvestre que ha ganado espacio. Todavía se pueden ver restos de acequias que probablemente llevó agua a este lugar; además de plazuelas, campos de concentración, templos, viviendas y depósitos. Un solo monumento que se encierra en su propia tierra, en su propio misterio. Atrapado por quienes no entienden la historia de los pueblos al permitirse el cultivos de las tierras en el interior de la ciudadela y la destrucción paulatina de su propia cultura. Con una respetable decisión política y cultural y una buena inversión económica, Wiracochapampa brillaría con luz propia, como en sus mejores tiempos, tal vez como en sus inicios.
Wiracochapampa desde el año 1997 se ha convertido en escenario de la ceremonia de inicio de las fiestas patronales de huamachuco (Waman Raymi) además se ha declarado zona intangible, por ser patrimonio del estado. La Fiesta del Halcón también conocida como Waman Raymi se realiza en Wiracochapampa en honor a la patrona Virgen María de la Alta Gracia Huamachuco recibe a diez mil personas para la celebración. La celebración resume la historia pre-incaica que tuvo el lugar. La historia dice que el caserío de los wamachucos fue fundado por el pueblo Yungas (posiblemente los Mochica), que lo hizo después de invadir las tierras antes habitadas por los Wachemines. Ha sido considerado el Inti Raymi del norte del país. Se realiza el 11 de Agosto. Participan más de 180 artistas, que son los estudiantes del Instituto Superior Sánchez Carrión. El escenario de wiracochapampa fue acondicionado a la manera del folclor huamachuquino. Antes de iniciar la fiesta se represéntan danzas autóctonas interpretadas por los incas, cóndores y canasteros. Se usan cohetes, bombardas, luces multicolores y fuegos artificiales para celebrar al dios Ataguju, la deidad principal.
Si bien, Wiracochapampa fue construida para celebrar rituales pero jamás habitada, como lo aseguran sus más fervientes historiadores, requiere de una mirada más atenta de las autoridades locales, del INC y también del sector privado. Es una joya del pasado en estos tiempos en que Huamachuco pretende crecer como destino turístico, como el vuelo de un halcón que enseña equilibrio y serenidad en las alturas donde el tiempo y las quebradas son parte de la vida.
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Arqueología en La Libertad
Petroglifos de Alto de las Guitarras - La Libertad
A 4 horas de camino desde Cerro Blanco ubicado en la margen izquierda del río Moche y a 30 km de Trujillo, se encuentran cerca de 200 bloques de piedras de gran tamaño, de superficie más o menos lisa, en las cuales están esculpidas o grabadas diversas figuras como: reptiles, aves, mamíferos, antropomorfos, figuras geométricas. Se encuentran agrupadas por grupos de representación esquemática, naturales y complejas, huellas que perennizaron la actividad humana de la cultura Cuspisnique (1800 a. C.), también las culturas posteriores que florecieron en esta parte de la costa Norte peruana y ocuparon los valle Moche y Virú, unidos por un gran camino que existe en la actualidad. Existen representaciones antropomorfas, personajes de perfil, así como guerreros ataviados sosteniendo cabezas trofeos, el reconocido ojo Chavín también está presente; la asociación de estructuras arquitectónicas las cuales condujeron a varios autores sostener que estas tenían la función ceremonial y que probablemente se realizaban allí ritos; de ser así las futuras investigaciones permitirán reconstruir la relación contemporaneidad y presencia de grupos del Formativo asentados en el valle Moche así como las constantes representaciones que estos dejaron teniéndose en cuenta los motivos; hombre, felino y ave representaciones de estructura simbólica en la base religiosa.
Entre los petroglifos más resaltantes tenemos: las enigmáticas representaciones de huellas de pies grabados como quien asciende la enorme roca, otro petroglifo que llama la atención es la representación de un personaje con cabeza felínica y cola de pez el cual tiene en la mano derecha sujeta un pez, han sido relacionadas a la filiación Chavín, asimismo los guerreros y/o danzantes. Las evidencias en el Alto de la Guitarra se hallan asociados a caminos, estructuras arquitectónicas acentuando su procedimiento y elaboración: en su mayoría estos petroglifos están tallados con la técnica superficial, hay un mínimo que presenta otra modalidad de elaboración. Actualmente las rocas tienen una pátina de color rojo intenso que de alguna forma está deteriorando las líneas talladas. Sin embargo el mayor deterioro de este patrimonio, es por consecuencia de la escasa atención que se le ha venido dando por parte de las instancias oficiales, sea a nivel nacional como regional.
La experiencia a lo largo de estas últimas décadas ha demostrado que existe una total incomprensión, sumándose a ello el desconocimiento en lo que respecta a estas evidencias materiales, permitiendo de esta manera su destrucción acelerada e irreversible, el último atentado salido a luz es el sobrepintado ocasionado a los petroglifos de Alto de la Guitarra. Esto permite tener un diagnostico sobre la necesidad de proteger nuestros testimonios rupestres, y se requiere de la participación conjunta tanto de investigadores, estudiantes y profesionales en Arqueología, como de las autoridades locales, a fin de asumir una postura colectiva como única vía saludable para crear conciencia en la trascendencia de su valor histórico dentro de las comunidades que se ubican adyacentes a restos con arte rupestre, lo que permitiría traer cambios en la importancia y valoración de esta densa riqueza arqueológica.
Entre los petroglifos más resaltantes tenemos: las enigmáticas representaciones de huellas de pies grabados como quien asciende la enorme roca, otro petroglifo que llama la atención es la representación de un personaje con cabeza felínica y cola de pez el cual tiene en la mano derecha sujeta un pez, han sido relacionadas a la filiación Chavín, asimismo los guerreros y/o danzantes. Las evidencias en el Alto de la Guitarra se hallan asociados a caminos, estructuras arquitectónicas acentuando su procedimiento y elaboración: en su mayoría estos petroglifos están tallados con la técnica superficial, hay un mínimo que presenta otra modalidad de elaboración. Actualmente las rocas tienen una pátina de color rojo intenso que de alguna forma está deteriorando las líneas talladas. Sin embargo el mayor deterioro de este patrimonio, es por consecuencia de la escasa atención que se le ha venido dando por parte de las instancias oficiales, sea a nivel nacional como regional.
La experiencia a lo largo de estas últimas décadas ha demostrado que existe una total incomprensión, sumándose a ello el desconocimiento en lo que respecta a estas evidencias materiales, permitiendo de esta manera su destrucción acelerada e irreversible, el último atentado salido a luz es el sobrepintado ocasionado a los petroglifos de Alto de la Guitarra. Esto permite tener un diagnostico sobre la necesidad de proteger nuestros testimonios rupestres, y se requiere de la participación conjunta tanto de investigadores, estudiantes y profesionales en Arqueología, como de las autoridades locales, a fin de asumir una postura colectiva como única vía saludable para crear conciencia en la trascendencia de su valor histórico dentro de las comunidades que se ubican adyacentes a restos con arte rupestre, lo que permitiría traer cambios en la importancia y valoración de esta densa riqueza arqueológica.
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Arqueología en La Libertad
Pakatnamú - La Libertad
Pakatnamú se encuentra ubicada en una meseta elevada entre el mar y el valle a 14 kilómetros de la ciudad de Pacasmayo, y constituye un sitio arqueológico monumental, en el que sobresale un conjunto de 50 pirámides truncas, que corresponden al apogeo Chimú. Este se encontraba defendido por dos grandes murallas y por altos precipicios, superando un área de 1,5 km2.
Durante el apogeo Chimú, se construyó Pakatnamú en las laderas del río Jequetepeque, no encontrándose aún definida su función, aunque las evidencias hacen pensar que estuvo dedicado a complejas ceremonias, incluyendo sacrificios humanos, por lo que estaríamos ante un gran complejo ceremonial. Pero se trata de una zona donde se encuentran restos remotos y sucesivas ocupaciones: Cupisnique, Moche, Chimú.
Á pesar de la importancia del sitio, por sus dimensiones y diversidad de restos, las últimas exploraciones datan de 1933, cuando se encontró el primer vestigio paleolítico: Huesos fosilizados del período del Pleistoceno de América del Sur, el cerdo de aguas Neochoerus y el armadillo Pampathrium, según una expedición alemana, así como artefactos del tipo paleolítico, fueron encontrados juntamente sobre la terraza superior de uno de los emplazamientos.
En la actualidad, la acción de los huaqueros, pone en serio peligro al complejo, ha sido saqueado desde hace mucho tiempo y se han perdido ya muchos tesoros valiosos. Así mismo el tránsito de vehículos a motor, viene deteriorando de forma alarmante el olvidado monumento.
Durante el apogeo Chimú, se construyó Pakatnamú en las laderas del río Jequetepeque, no encontrándose aún definida su función, aunque las evidencias hacen pensar que estuvo dedicado a complejas ceremonias, incluyendo sacrificios humanos, por lo que estaríamos ante un gran complejo ceremonial. Pero se trata de una zona donde se encuentran restos remotos y sucesivas ocupaciones: Cupisnique, Moche, Chimú.
Á pesar de la importancia del sitio, por sus dimensiones y diversidad de restos, las últimas exploraciones datan de 1933, cuando se encontró el primer vestigio paleolítico: Huesos fosilizados del período del Pleistoceno de América del Sur, el cerdo de aguas Neochoerus y el armadillo Pampathrium, según una expedición alemana, así como artefactos del tipo paleolítico, fueron encontrados juntamente sobre la terraza superior de uno de los emplazamientos.
En la actualidad, la acción de los huaqueros, pone en serio peligro al complejo, ha sido saqueado desde hace mucho tiempo y se han perdido ya muchos tesoros valiosos. Así mismo el tránsito de vehículos a motor, viene deteriorando de forma alarmante el olvidado monumento.
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Arqueología en La Libertad
Marcahuamachuco - La Libertad
El pueblo de Huamachuco es favorecido con riquezas arqueológicas incomparables alrededor de la ciudad. En el Perú, como en ningún otro país del mundo, el pasado prehistórico se instruye en nuestra conciencia. Pero acá en Huamachuco los restos de varias civilizaciones nos sobre miran de los cerros, y el pasado es presente y tangible. Generaciones desaparecidas nos animan con sus hechos, y nos exigen servir como guardianes de su legado. De los varios tesoros arqueológicos de la zona, la joya es sin duda Marcahuamachuco. Desde siglos sus muros enigmáticos han sido visibles en los valles circundantes, símbolo de pasado, noble, lleno de ambición y grandeza.
Como resultado de las investigaciones recientes, sabemos que la grandeza de Marcahuamachuco es antecedente a la expansión imperial de los Incas o de los Huari. Antes de 400 d.c. comenzaron a construir los grandes muros dobles de dos y tres pisos que encierren mucho del sitio y que servían como espacio doméstico para los moradores. Esta obra representa nuestro primer contacto con el Señorío de Huamachuco, sobre el cual los cronistas comentaban siglos después en contexto de la conquista incaica de la zona. Durante el incario, el territorio huamachuquino se extendía desde el Rio Crisnejas hasta Conchucos, y de Carabamba hasta el Marañon. Estas fronteras fluctuaban con el tiempo, pero representan más o menos el límite de influencia huamachuquina durante el milenio de su poder. Este territorio grande y diverso proveía recursos naturales y humanos incalculables a la capital.
A 500 d.c. fue el centro más grande de toda la sierra norteña. Un estilo arquitectónico distinto había surgido. El cerro mismo fue la cantera de que material de construcción fue sacado. La piedra natural fue ligeramente labrada, y cuidadosamente amontonada para los muros. Pachillas chicas llenaban los intersticios entre las piedras grandes. Las esquinas monumentales tan típicas de Marcahuamachuco ya formaban parte del inventario arquitectónico con grandes bloques rectangulares alternando en posición vertical y horizontal. En contraste con civilizaciones más tardías, en que un plan urbano ortogonal fue impuesto sobre el terreno, los constructores de Marcahuamachuco trabajaban en armonía con la tierra, utilizando cada eminencia natural, siguiendo los márgenes de las peñas, permitiendo que las curvas del cerro dictaran la forma de la ciudad. Es muy claro que querían impresionar y asombrar. Los muros que construían son visibles a una distancia de 50 Km.
Gracias a los antropólogos y sociólogos modernos, entendimos mejor los detalles de la organización social andina, y éste nos ayuda en interpretar las relaciones prehistóricas entre el cerro y los valles. Este no fue relación estricta de dominación y subordinación, sino también reciprocidad y de interdependencia. Marcahuamachuco fue el centro de la vida económica, política y religiosa de toda la provincia. Pero el centro fue dependiente de la gente de las comunidades tributarias para su vitalidad e importancia. La gente del valle fue vinculada al centro por parentesco, por su participación en las varias guarangas que comprendía la población de la provincia.
Las galerías masivas de Marcahuamachuco son testimonio a esta interdependencia. Estas galerías rectangulares, hasta 10x60 m. fueron construidas con planificación experta, y con la colaboración de grandes grupos de trabajadores. Excavaciones en 1987 demuestran que una función importante de las galerías rectangulares del Cerro del Castillo fue la hospitalidad. Estas estructuras podían acomodar grandes reuniones. Entre los hallazgos cerámicos son ollas grandes, vasos pintados y coladores que servían en la preparación y distribución de chicha, regalo y alimento tradicional en ocasiones ceremoniales y rituales. Los muros de estas galerías también contienen gran cantidad de huesos humanos. Los entierros son secundarios, puestos en los muros (probablemente durante la construcción) meses o años después del fallecimiento, adultos y ancianos fueron incorporados en los muros, y éste nos habla de la importancia del parentesco, reverencia para los antepasados, y el deseo de incluir sus restos en las estructuras dedicadas a la afirmación de estas vinculaciones sociales.
Integrando y dominando las varias galerías y plazas que servían como espacio público, es el Castillo, la estructura preeminente del cerro y de la región. El muro perimétrico de este monumento inspiraba respeto y temor y excluía todos sino los más privilegiados de sus recintos sagrados. El Castillo debe haber servido como centro religioso, y símbolo de la legitimaría de la élite de Marcahuamachuco en las civilizaciones andinas prehistóricas, la distancia entre clases servía para disminuir la separación entre segmentos de la población. Pero esta sí fue una sociedad clasista, y el Castillo es la evidencia concreta de esta realidad. El Castillo es un rompecabezas arqueológico, mostrando el efecto de siglos de reconstrucción y cambios en su función por huaqueros. Pero sabemos que la forma general del Castillo aparecía antes de 500 d.c. y que el monumento no tenía rival en la sierra norteña.
El Señorío de Huamachuco logró importancia regional más o menos a 400 d.C. Es posible que esta importancia fuera basada en intercambio con sus vecinos, con los Mochicas al oeste, la cultura Recuay al sur, Cajamarca al norte, y las culturas menos conocidas del Marañòn al este entre 650 y 700 d.C. El imperio Huari extendía su influencia al norte del Perú, afectando el curacazgo de Huamachuco. Esta influencia se puede apreciar en Viracochapampa, centro administrativo construido en el camino al norte. Pero Marcahuamachuco, según los datos ya disponibles, resistía la dominación extranjera, y Viracochapampa nunca fue ocupado, sus muros dejados sin terminar. No hay evidencia de influencia Huari en Marcahuamachuco al contrario, los Huari adoptaban varios atributos arquitectónicos de los huamachuquinos y la galería rectangular fue trasladada al sur en incorporada en el inventario de formas arquitectónicas típicas de Huari; más tarde servía como prototipo de la Kallanka incaica.
La ocupación de Marcahuamachuco seguía después de 1000 d.C. pero sin nueva construcción de importancia. El genio del pueblo seguramente se expresaba por otros medios a partir de esta fecha. Con la dominación incaica a partir de 1470 d.C., Marcahuamachuco fue abandonado. Los Incas fundan un nuevo centro provincial, en el mismo lugar que ocupa Huamachuco moderno. La plaza moderna fue parte de la plaza incaica, y la capilla de San José se encuentra en el Ushnu incaico.
Como resultado de las investigaciones recientes, sabemos que la grandeza de Marcahuamachuco es antecedente a la expansión imperial de los Incas o de los Huari. Antes de 400 d.c. comenzaron a construir los grandes muros dobles de dos y tres pisos que encierren mucho del sitio y que servían como espacio doméstico para los moradores. Esta obra representa nuestro primer contacto con el Señorío de Huamachuco, sobre el cual los cronistas comentaban siglos después en contexto de la conquista incaica de la zona. Durante el incario, el territorio huamachuquino se extendía desde el Rio Crisnejas hasta Conchucos, y de Carabamba hasta el Marañon. Estas fronteras fluctuaban con el tiempo, pero representan más o menos el límite de influencia huamachuquina durante el milenio de su poder. Este territorio grande y diverso proveía recursos naturales y humanos incalculables a la capital.
A 500 d.c. fue el centro más grande de toda la sierra norteña. Un estilo arquitectónico distinto había surgido. El cerro mismo fue la cantera de que material de construcción fue sacado. La piedra natural fue ligeramente labrada, y cuidadosamente amontonada para los muros. Pachillas chicas llenaban los intersticios entre las piedras grandes. Las esquinas monumentales tan típicas de Marcahuamachuco ya formaban parte del inventario arquitectónico con grandes bloques rectangulares alternando en posición vertical y horizontal. En contraste con civilizaciones más tardías, en que un plan urbano ortogonal fue impuesto sobre el terreno, los constructores de Marcahuamachuco trabajaban en armonía con la tierra, utilizando cada eminencia natural, siguiendo los márgenes de las peñas, permitiendo que las curvas del cerro dictaran la forma de la ciudad. Es muy claro que querían impresionar y asombrar. Los muros que construían son visibles a una distancia de 50 Km.
Gracias a los antropólogos y sociólogos modernos, entendimos mejor los detalles de la organización social andina, y éste nos ayuda en interpretar las relaciones prehistóricas entre el cerro y los valles. Este no fue relación estricta de dominación y subordinación, sino también reciprocidad y de interdependencia. Marcahuamachuco fue el centro de la vida económica, política y religiosa de toda la provincia. Pero el centro fue dependiente de la gente de las comunidades tributarias para su vitalidad e importancia. La gente del valle fue vinculada al centro por parentesco, por su participación en las varias guarangas que comprendía la población de la provincia.
Las galerías masivas de Marcahuamachuco son testimonio a esta interdependencia. Estas galerías rectangulares, hasta 10x60 m. fueron construidas con planificación experta, y con la colaboración de grandes grupos de trabajadores. Excavaciones en 1987 demuestran que una función importante de las galerías rectangulares del Cerro del Castillo fue la hospitalidad. Estas estructuras podían acomodar grandes reuniones. Entre los hallazgos cerámicos son ollas grandes, vasos pintados y coladores que servían en la preparación y distribución de chicha, regalo y alimento tradicional en ocasiones ceremoniales y rituales. Los muros de estas galerías también contienen gran cantidad de huesos humanos. Los entierros son secundarios, puestos en los muros (probablemente durante la construcción) meses o años después del fallecimiento, adultos y ancianos fueron incorporados en los muros, y éste nos habla de la importancia del parentesco, reverencia para los antepasados, y el deseo de incluir sus restos en las estructuras dedicadas a la afirmación de estas vinculaciones sociales.
Integrando y dominando las varias galerías y plazas que servían como espacio público, es el Castillo, la estructura preeminente del cerro y de la región. El muro perimétrico de este monumento inspiraba respeto y temor y excluía todos sino los más privilegiados de sus recintos sagrados. El Castillo debe haber servido como centro religioso, y símbolo de la legitimaría de la élite de Marcahuamachuco en las civilizaciones andinas prehistóricas, la distancia entre clases servía para disminuir la separación entre segmentos de la población. Pero esta sí fue una sociedad clasista, y el Castillo es la evidencia concreta de esta realidad. El Castillo es un rompecabezas arqueológico, mostrando el efecto de siglos de reconstrucción y cambios en su función por huaqueros. Pero sabemos que la forma general del Castillo aparecía antes de 500 d.c. y que el monumento no tenía rival en la sierra norteña.
El Señorío de Huamachuco logró importancia regional más o menos a 400 d.C. Es posible que esta importancia fuera basada en intercambio con sus vecinos, con los Mochicas al oeste, la cultura Recuay al sur, Cajamarca al norte, y las culturas menos conocidas del Marañòn al este entre 650 y 700 d.C. El imperio Huari extendía su influencia al norte del Perú, afectando el curacazgo de Huamachuco. Esta influencia se puede apreciar en Viracochapampa, centro administrativo construido en el camino al norte. Pero Marcahuamachuco, según los datos ya disponibles, resistía la dominación extranjera, y Viracochapampa nunca fue ocupado, sus muros dejados sin terminar. No hay evidencia de influencia Huari en Marcahuamachuco al contrario, los Huari adoptaban varios atributos arquitectónicos de los huamachuquinos y la galería rectangular fue trasladada al sur en incorporada en el inventario de formas arquitectónicas típicas de Huari; más tarde servía como prototipo de la Kallanka incaica.
La ocupación de Marcahuamachuco seguía después de 1000 d.C. pero sin nueva construcción de importancia. El genio del pueblo seguramente se expresaba por otros medios a partir de esta fecha. Con la dominación incaica a partir de 1470 d.C., Marcahuamachuco fue abandonado. Los Incas fundan un nuevo centro provincial, en el mismo lugar que ocupa Huamachuco moderno. La plaza moderna fue parte de la plaza incaica, y la capilla de San José se encuentra en el Ushnu incaico.
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Arqueología en La Libertad
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